Después de una maratón y
dos carreras largas de montaña, donde tampoco he ido al límite, me vinieron las
ganas de probarme de nuevo en carrera de 10 kilómetros . Las
piernas estaban fuertes, pero era una incógnita ver si estarían rápidas
también.
Busco en mis planes de
entrenamiento y encuentro uno de 4 semanas y con dos entrenos semanales de
series. Engatuso a Sandra, Carles y Jordi a que me acompañen algún día, y
comenzamos a hacerlas.
Las primeras impresiones
son raras. Las series salen bien, pero tengo la sensación que corro como un
pato (será que me estoy acostumbrando a los ritmos lentos de rodaje, ¡ja,ja!)
Todo va bien, hasta
falta de una semana. Un sábado de prueba, donde la primera serie de 3000m sale
en los tiempos buscados, pero la segunda se queda en solo 500m. Las piernas se
quejan y no quiero forzar. A partir de aquí, empiezan las dudas, los
dolorcillos esos que salen ante un nuevo reto.
Los días pasan, y
llegamos al fin de semana.
El sábado pasamos a
buscar los dorsales, digo pasamos, porque Ona también correrá. Recibo muchos
mensajes de mis compañeros de fatigas, animándome para el día siguiente. ¡Cómo
se agradecen esos apoyos!
El domingo, a madrugar.
A las 6:30h en pié. Almuerzo y a las 7:30h ya estamos toda la familia en el
coche dirección Cornellà (¡Qué haría yo sin mis fans!).
Por el camino recibo la
llamada de Fede, que viene de fotógrafo-animador. ¡Qué grande eres, company!
Aparcamos a poco más de
50m de la salida y llegada. Esperamos 5’ y ya llega Fede.
Como todavía es pronto,
vamos a hacer un café y pasar por el baño por segunda vez.
Me cambio, me despido de
mis fans, y comienzo a calentar (hoy es necesario).
Por el camino comienzo a
encontrarme algunos correcats conocidos (Pinelli, Jordi, …). Hablo con ellos, y
me quedo haciendo el calentamiento con Jordi.
Hecho el calentamiento,
últimos ánimos de mi familia y amigo, y nos vamos a la línea de salida. Intento
ponerme entre las liebres de 40’ y 45’. Esperamos, y nos informan que debido a
que no está la ambulancia, se retrasará la salida 15’. Ya tengo excusa, ¡ja,
ja!
Hablo con Esther, Ona y
Fede, y vuelvo a calentar unos minutos con Jordi.
Esta vez, sólo me da
tiempo de despedirme de Jordi, y voy a la salida. Intento repetir lo mismo, y
en esta zona, me encuentro a Manu, Dani y Miquel. Miquel quiere ir cerca de la
liebre de 40’, Manu y Dani dicen que irán a ritmo de 42’, por lo tanto, me apunto con ellos.
Ahora sí, con 15’ de
retraso, salimos.
Los dos primeros giros
son peligrosos. No es que seamos muchos, pero nos agrupamos todos para coger la
trazada más corta, y hay peligro de caerse.
Pasado este tramo, me
coloco detrás de Manu. Aquí ya vamos más cómodos, y pasamos el primer kilómetro
según lo establecido (4’12”). Creo que ya tengo liebre, pero me dura poco.
Rápidamente Manu se pone a tirar, y me doy cuenta que vamos a 4’/km, cosa que
no me irá muy bien para llegar a los 10 kilómetros con ese ritmo. Decido
dejarlo, y es cuando se pone a mi lado Dani. Él lleva un ritmo más parecido al
mío, por lo tanto, vamos haciendo pasos juntos. A veces él por delante, y otras
veces, yo.
Giramos, y cogemos
dirección hacia la salida.
Por ahora los ritmos son
un poco mejores de lo esperado, y todavía tengo buenas sensaciones. Hasta puedo
hablar con Dani, y con otro corredor que llevamos al lado, que también quiere
hacer 42’.
Vamos haciendo los tres
juntos, y así llegamos a la primera vuelta. Miro el reloj y veo que he hecho
los cinco primeros kilómetros en 20’43” (17” más rápido que el objetivo
marcado).
Aquí ya he perdido el
contacto con mis dos compañeros de viaje.
El calor empieza a hacer
mella, y veo que será difícil mantener los ritmos de la primera vuelta.
No quiero desinflarme y
perder todo lo que he hecho hasta ahora, por lo tanto, busco algo que me haga
tirar hacia adelante, y allí lo veo. Unos metros delante tengo a Miquel, con su
camiseta blanqui-blava. Decido no perder el contacto y mantener la distancia
con él, si lo hago, conseguiré el objetivo (es una buena liebre, ¡ja,ja!).
Y así, con trozos con
calor, y otros buscando la sombra, se pasan los kilómetros. Pasan tan rápido
que cuando llega el punto kilométrico 9, pensaba que estaba en el 8, y eso me
da fuerzas para no abandonar, y ahora darlo todo.
Se borra todo lo demás,
y sólo veo a Miquel.
Recibo los ánimos de
Jofrer y RugbyMan, y ya encaro la recta final.
Queda poco, y con una
mirada rápida al reloj, veo que lo puedo conseguir.
La meta cada vez está
más cerca, y pronto veo a Fede (con el móvil en mano para hacerme la foto de la
llegada), y a Ona con la manopla azul. Voy a coger a Ona, pero Fede me dice que
tire (luego me ha explicado que nadie entraba con niños, ¡qué pena!). No aflojo
y entro con un crono de 41’56”. Estoy cansado, pero súper contento. Todo y las
dudas de la semana, he conseguido bajar de 42’. ¡Espectacular!
Sufriendo. Último kilómetro en 3'53" |
Voy recuperándome, poco
a poco, y ya puedo hablar con Fede, Esther y Ona.
Recogemos el bocata, el donut,
la manzana, el plátano y las bebidas.
Al llegar también veo a
Nacho Cáceres. Fede le pide si se puede hacer una foto conmigo y Ona (yo soy
muy vergonzoso), y él accede inmediatamente (qué gusto da el trato tan afable
que tienen estos cracks).
Un poco más de charla
con mis fans, y después con la colla de correcats que han ido llegando.
Recuperado del todo, llega
el turno de Ona. Está nerviosa. Está haciendo un calentamiento y estiramientos
que le ha enseñado Fede, ¡ja,ja!.
Nos esperamos, y
finalmente, llega la última carrera, la de los más peques. Ona la quiere hacer
sola, y la dejo en la salida, aunque hay tanta gente que me quedo detrás y
tendré que correr detrás suyo hasta pasar la zona de vallas.
Salida, y Ona sale
disparada (¡me ha costado seguirla!). Lleva buen ritmo. A media carrera (tenía
que hacer 600m) se le ve cansada. Le voy diciendo que camine, pero ella sigue
corriendo. Todos (han venido también Susana, David y Alex) la vamos animando, y
su cara se llena de felicidad cuando ve a Esther y Fede haciéndole fotos.
Recta final, apretamos
la fuerza extrema (es un secreto entre Ona y yo, ¡jaja!) y entramos
esprintando. ¡Qué campeona!
Está cansada, pero lo ha
hecho genial (amor de padre).
Poco a poco se va
recuperando, y ya ha cogido su bolsa para recoger la comida y bebida, aunque a
ella solo le preocupa coger su donut.
Un poco antes, Fede le
ha puesto su medalla. Se la ha ganado.
Ya hemos pasado una
nueva jornada deportiva en familia.
Una ducha, un rato de
parque con los peques, y a casa de los suegros a celebrarlo.
Ahora, la faena ya está
hecha. Las próximas carreras serán para disfrutar, sin la presión del crono, ni
ritmos. A sensaciones, y para divertirnos.
Lo que está claro, que
si se entrena, si se puede.
PD. Un agradecimiento a
la organización, por montar esta carrera sin grandes ferias, …, pero con un
trato muy bueno para los corredores, y que se busca que pasemos un buen rato.
¡Nos vemos el año que
viene!
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